Tiempo1:
Hubo un tiempo en que Sonia hubiese hecho lo impensable por ser aceptada en lo que ella creía su familia. No reparaba en sonrisas, gestos de complicidad, pedidos directos o indirectos de afecto, comprensión, pero lo que más buscaba era pertenecer a "algo". No veía que vivía dentro de la cáscara de un huevo, pero sin clara ni yema. En el interior de la hoquedad no entraban los rayos del sol, por lo tanto sus habitantes (Sonia, sus padres y tres hermanos más) ni se podían ver las caras. El padre no hablaba, solo a veces canturreaba. La madre repetía sin descanso todas las frases hechas que habia ido recopilando durante su amarga vida. Los hermanos de Sonia apenas tenían tiempo de hablarse entre sí, pues todas sus energías las utilizaban en adaptarse a la oscuridad. Sonia era la pequeña. Era tierna y no se sabe cómo pero un día vió un rayo de luz que se filtraba por un poro del huevo. Aquello la entusiasmó y trató de comunicarlo al resto de la familia, pero nadie la tomó en serio. La única que le respondió fue su madre, con una de sus frases lapidarias: "Más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer". Sonia intentó convencerla de que fuera de allí habría vida y que sería maravilloso salir. La madre la ignoró por completo, después de amenazarla con los más terribles presagios si continuaba con sus sueños. El padre la miró con media sonrisa y canturreó. Los hermanos la llamaron loca y le giraron la espalda. Sonia sintió que estaba sola.... sola con su rayo de luz!!
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