25/12/09

¡FELÍZ NAVIDAD!

No recuerdo haber pasado nunca unas navidades con el alma tan triste. El año que murió mi padre recuerdo que lloré en la Navidad, y hasta escribí un poema que me aligeró la pena, pero mi corazón permanecía entero, lleno de recuerdos que me alimentaban y de un futuro que yo sentía prometedor. Después se marchó mi madre y seguí mi camino más sola, pero igual de entera, porque continuaba viendo la senda por la que quería caminar, la que siempre había buscado y por fin hallado. Este año he perdido a mi tío, el último de mis mayores, y con él también la ilusión. Me he quedado sola en un mundo en el que me cuesta mucho desenvolverme: "Tó er mundo no é bueno". Algunos, si pueden, te toman hasta el carnet de identidad. Otros te quieren al tiempo que te hacen la zancadilla. La senda por la que camino ya no es aquella que había imaginado. El verde se hace pardo en muchos recodos. En otros, el camino está casi borrado y he de seguir por donde la intuición me lleva. Entretanto, van apareciendo lo que parecen caminos maravillosos, pero se que son espejismos y no quiero engaños. Puede que la tristeza que siento no sea mas que otro espejismo, porque si me fijo más veo que me sigue conmoviendo la poesía, la belleza, el ingenio, la alegría, la nobleza.

¡FELIZ NAVIDAD!

21/12/09

EL RE- ENCUENTRO

Nervios, impaciencia, miradas espectantes que se fijan en un punto. Se abren las puertas y aparecen un desfile de pasajeros entre los que intentamos descubrir al "nuestro" o a "los nuestros". Pocas veces esa persona aparece tan ligada a nosotros como cuando la intentamos distinguir entre una multitud variopinta, que llega envuelta por sus atavíos, tan singulares. Podemos entretenernos, mientras le esperamos, en intentar descubrir de dónde proceden esos desconocidos procedentes de vuelos que nos hacen volar la imaginación. Aquí, en Barcelona, tenemos unos pasajeros que, cuando llegan, todos sabemos de dónde. Sus grandes cajas rellenas de ensaimada descubren a los provenientes de la isla de Mallorca. Es como si vas a México y vuelves con el gran sombrero en la cabeza.

Como sabes que "su" vuelo ya ha aterrizado, no quitas la mirada del punto que se abre y se cierra, la puerta por donde nuestro "esperado" hará su entrada triunfal, como si de un plató de televisión se tratara. Porque él, ella, ellos, saben que los están esperando y que los van a recibir con besos y abrazos. Por éso los ojos brillan, los de los que esperan y los de los que, finalmente aparecen triunfantes, después de asumir todos los riesgos y las ventajas que supone volar. Pero hay algunos que llegan y no miran al grupo que espera tras la valla, porque saben que nadie va a llegar hasta ellos con una sonrisa hasta las orejas. No se si algunos de ellos sienten envidia de sus compañeros de viaje o asumen, resignados, su soledad del momento. Yo confieso haber sentido esa envidia y también haber disfrutado con la maravilla del reencuentro.

4/12/09

CARTA A LOS REYES PARA EL 2010

Queridos Reyes Magos:

El año pasado retomé mi antigua costumbre de escribiros pidiéndoos mis deseos. Al principio fue como un juego (volver a la infancia), pero hoy, a casi un mes de vuestra visita anual, he pensado que ya que ni juego a la lotería, podría permitirme el lujo de escribiros en serio, como adulta que soy (¿?) y probar suerte con vosotros, que me conocéis de siempre y no tener que depender del azar.

Ya se que me podéis objetar que soy atea, que eso es una cosa muy fea y que así no hay manera y que ni queráis leer mi carta. Recordad, por favor, el motivo de esa etiqueta. No fui yo, fue el cura de mi parroquia, en tiempos de Franco, quien me hizo firmar un documento en que renunciaba a Dios, si quería casarme solo por lo civil. Lo firmé con mucha pena y…. ¡ocurrió!, poco a poco la etiqueta de atea fue calando en mí, me la creí y aquí estoy, liberada de tantas culpas como las religiones te meten. Creo que bastante tuve toda mi infancia y adolescencia. Hoy puedo pensar en Jesús como alguien que predicó unas ideas liberadoras que sus seguidores no han sabido o querido continuar. Hoy puedo pensar en vosotros como seres de leyenda, la magia que todos necesitamos para seguir viviendo. Además, me caéis mejor que ese gordo con cara de borrachín que es el Papa Noel.

Bien, después de tanta justificación paso a pediros para este año:

- Salud y alegría para mis hijos, para mí y para todos los limpios de corazón
- Cordura para los gobernantes, que andan faltos de ella
- Medidas urgentes para remediar el cambio climático
- Medidas urgentes para remediar el hambre: de alimentos, de justicia, de libertad
- Una correa nueva para mi perro
- Más pinturas de colores para mí

Es todo por este año. Un abrazo para cada uno y el beso para Melchor.

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